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La tercera caída parece manifestar precisamente esto: El despojo, la kénosis del Hijo de Dios, la humillación bajo la cruz: Jesús había dicho a los discípulos que había venido no para ser servido, sino para servir. En el Cenáculo, inclinándose en tierra y lavándoles los pies, parece como si hubiera querido habituarlos a esta humillación suya. Cayendo a tierra por tercera vez en el camino de la cruz, de nuevo proclama a gritos su misterio. ¡Escuchemos su voz! Este condenado, en tierra, bajo el peso de la cruz, ya en las cercanías del lugar del suplicio, nos dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". "El que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida".
Que no nos asuste la vista de un condenado que cae a tierra extenuado bajo la cruz.
Esta manifestación externa de la muerte, que ya se acerca, esconde en sí misma la luz de la vida
COMENTARIO
JESUS CAE POR TERCERA VEZ POR EL PESO DE LA CRUZ, POR UN LARGO TRAYECTO E INJUSTA SENTENCIA
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